Esquiladores, Posada Real

Se levanta sobre las ruinas de un antiguo Comercio de Coloniales enclavado en una casa edificada hace más de doscientos años. La rehabilitación del edificio ha sido total y se ha tenido especial cuidado en conservar todos aquellos elementos que constituyeron parte esencial de su arquitectura y ahora destacan en balcones, muros, vigas o suelos. Actualmente, es una enorme casona de piedra con balcones de forja tanto en su fachada principal, como posterior, mantiene en su entrada el antiguo portalón de madera protegido por una puerta de cristal y conserva los escaparates del Comercio con sus pequeñas estanterías llenas de objetos que traen a la memoria la vida de la tienda en el siglo pasado.

En la planta baja se encuentra el salón ubicado en la antigua bodega, con espacios diferenciados para charlar, leer, sentarse frente a la chimenea o jugar a las cartas. Desde esta sala se accede al antiguo corral de verano, un pequeño espacio lleno de plantas en forma de jardín vertical para tomar un café en las mañanas o cenar por la noche con el buen tiempo.

El comedor de la Posada se encuentra en lo que antes era la tienda y la trastienda del Comercio, con un luminoso patio de luces. Aquí pueden degustarse platos de la cocina tradicional de la zona combinados con otros más innovadores siempre cuidando los detalles y utilizando productos de la propia huerta.

Las habitaciones, amplias y luminosas, se distribuyen en dos plantas en forma de corrala contando con todos los servicios y detalles necesarios para obtener el mayor confort.

La sala de reuniones para empresas se encuentra en el antigüo patio de verano que ahora es el novedoso jardín vertical de interior. Está dotada de los accesorios y medios técnicos necesarios para llevar a cabo jornadas de estudio, encuentros corporativos.

La casa conserva en el sótano una cueva excavada en 1813, con tinajas de  la época y un espacio reservado para disfrutar de masajes y tratamientos corporales.