El Edificio
Restaurado en 1994 a partir de los cimientos de las antiguas escuelas, el Hostal San Martín está completamente renovado y adaptado a las exigencias del turista de hoy. El Hostal ofrece aparte de su confort moderno, un ambiente rústico, auténtico y cálido.
Edificio
En su interior encontraremos bonitas habitaciones que incluyen baño completo, televisión, acceso a Internet 24h por red inalámbrica, calefacción central muy eficaz para hacer frente a los fríos inviernos y un ambien
Régimen de alquiler: Por habitaciones
El Edificio restaurado en 1994 a partir de los cimientos de las antiguas escuelas fue edificado con los restos de lo que fuera palacio de los Urquia, situado al poniente de la localidad de Molinos, entre el espacio existente entre el actual frontón y el río.
En sus paredes encontramos 3 escudos. Dos se encuentran situados en la fachada principal y el tercero en un lateral.
- El primero de ellos podemos clasificarlo como partido; en el primero un árbol desarraigado (puede ser olivo o manzano), y dos lobos pasantes uno a cada lado del tronco. En el segundo un pino desarraigado y colgante de sus ramas dos calderas, sumado de dos panelas.
- En el segundo podemos observar sobre el todo un jarrón con azucenas.
- El tercero es de origen Vasco, de Oñate. Es un escudo partido. Primero una flordelisada. Segundo, una banda engolada en dragantes y sumada en lo alto de un brazo armado con un puñal, y en lo bajo un castillo.
El Hostal San Martín está completamente renovado y adaptado a las exigencias del turista de hoy. El Hostal ofrece, aparte de su confort moderno, un ambiente rústico, auténtico y cálido.
En su interior encontraremos bonitas habitaciones que incluyen baño completo, televisión, acceso WIFI las 24h, calefacción individual muy eficaz para hacer frente a los fríos inviernos y un ambiente muy acogedor. Cada una de ellas dispone de una decoración propia lo que hace el encanto del Hostal en su conjunto. Existen varias modalidades de habitaciones, simples, dobles e incluso habitaciones comunicadas entre sí para los matrimonios que viajen con niños. Todas ellas ofrecen vistas muy dispares pero no por ello menos bellas. Podemos ver el monte con sus colores propios de cada temporada, la Iglesia muy característica del pueblo de Molinos de Duero y el pueblo en sí con sus viejas casonas de piedra y la plaza como centro de todas las actividades.