La Casa de Los Moyas es una casa rural con encanto ubicada en la comarca Gúdar-Javalambre, al sureste de la provincia de Teruel, a mitad de camino entre Madrid y Barcelona. Su localización es perfecta para conocer los conjuntos medievales de Rubielos de Mora y Mora de Rubielos, las pistas de esquí de Valdelinares y Javalambre, los centros termales de Montanejos y Manzanera, los parques temáticos de Dinópolis y las rutas del modernismo y el arte mudéjar de Teruel.
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El edificio original fue construido hace varios siglos en uno de los rincones más exuberantes y plácidos de Olba, el caserío de Los Moyas, a orillas del rio Mijares, donde hasta el siglo pasado se prensaba y almacenaba el vino de la zona.
La casa está distribuida en tres plantas y dispone de cinco amplios dormitorios, cinco baños, sala, comedor, dos chimeneas, cocina completamente equipada y jardín con barbacoa en lo que antiguamente fue el cubo de vino.
Junto a ella, disponemos de otro apartamento con capacidad para 4 personas, distribuido en dos habitaciones, una doble y otra de matrimonio, baño, cocina y zona de estar.
Casa Los Moyas es el lugar perfecto para disfrutar en familia o con amigos de la naturaleza en estado puro en una atmósfera confortable y relajante. Es también el escondite ideal y acogedor para quienes necesitan desaparecer unos días buscando calma, buena energía y sueño plácido.
No tenemos internet y la cobertura para el móvil es caprichosa, lo que favorece el descanso y la desconexión. Pero si la necesitas, en el pueblo hay zona wifi.
La casa está ubicada en la comarca Gúdar-Javalambre, al sureste de la provincia de Teruel, en el Camino del Cid. La localización es perfecta para conocer los conjuntos medievales de Rubielos de Mora y Mora de Rubielos, las pistas de esquí de Valdelinares y Javalambre, los parques temáticos de Dinópolis y la ruta del arte mudéjar de Teruel, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Pero también para hacer toda clase de deportes de agua, montaña y al aire libre. Y, desde luego, para disfrutar de la gastronomía de la zona, que tiene como bocado más exquisito la trufa negra (noviembre-marzo).
El pueblo tiene una piscina de uso comunitario que se encuentra a dos minutos de la casa, literalmente.