Esta antigua mansión, en Arcos de la Frontera, conserva el espíritu rústico de las casas-palacio de la Sierra de Cádiz. En 1729 la familia Núñez de Prado erigió esta casa señorial en el corazón del pueblo.
Si el entorno es espléndido, un encanto irresistible se transmite puertas adentro. La fuerza de ambos, exterior e interior, se ha intentadoreflejar en la restauración de las siete habitaciones.